Hace frío afuera, ese frío que te hace acordar al invierno aunque sea pleno verano. Ese frío que, si cerrás los ojos, te transporta dos años atrás cuando tenías quién te abrace para amortiguar las bajas temperaturas y ahí te acordás de él. Te acordás de esa persona que tanto amaste con un sabor amargo porque vos no querías que se terminara. Y ahí te das cuenta que todo este trabajo de meses que se llama nopensarenel se va a la mierda sólo porque hace frío afuera.
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